

Durante años la carne de cerdo ha estado peor considerada que otro tipo de carnes, siendo desestimada y poco recomendada por los expertos, pero las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años demuestran todo lo contrario. Pero, ¿es diferente la carne de cerdo de antes que la carne de ahora? No, la composición nutricional de la carne de cerdo no ha variado, pero sí lo ha hecho la ciencia y la investigación, que con sus avances permiten desterrar mitos que, hasta ese momento, eran la única información disponible.
De esto modo, eligiendo cortes magros como la cinta de lomo o el solomillo, nos encontramos con una carne a la que se le atribuye muchas propiedades nutritivas:
Gran cantidad de proteínas de alto valor biológico.
Es una carne rica en minerales como el potasio y tiene un menor porcentaje de sodio que la carne de pollo o ternera.
Goza de gran cantidad de vitaminas (B6, niacina, B12, riboflavina, etc.), destacando la B1 (tiamina) que es 10 veces mayor que en el resto de carnes.
Posee mayor porcentaje de grasas insaturadas beneficiosas para la salud (sobre todo monoinsaturadas como el ácido oleico) que otro tipo de carne como la ternera o cordero.
En cuanto al colesterol, las piezas más magras aportan una cantidad inferior que la carne de cordero, ternera o pollo.
La Universidad de Buenos Aires (UBA) asegura según estudios recientes que &100 gramos de porción de cerdo aporta menos calorías y grasas totales que la misma porción de carne de pollo o de vaca&, encontrándonos con una carne indispensable en la dieta, con gran valor nutritivo y tan sana o incluso más que cualquier otro tipo de carne.
Vídeo Interporc &Nuestra Carne Blanca&
https://www.youtube.com/watch?v=vjReEvFydQQ
Marcos Prieto
Técnico de Calidad
Embutidos Rodríguez